jueves, 7 de mayo de 2009

Estoy bien hoy

En los últimos días mi estado de ánimo no ha sido muy bueno. Se trata de una de esas cosas que no tienen explicación, aunque si tratara de encontrar una seguramente la hallaría, y como suelo disfrutar imaginando cosas irreverentes que finalmente sólo a mi me importan, pues me explico mi reciente falta de alegría como una reacción al ambiente virulento de la última semana. Creo que mi subconciente puede estar desarrollando una ligera hipocondria, pero tanto mi ejército inmunológico (ultimamente sobrecargado con vitamina c) como mi corteza cerebral luchan por aniquilar la paranoia. Así, la tristeza de los últimos días puede explicarse como la lucha de mi yo y mi superyo en un ambiente hostil, en el que reina la incertidumbre por el monstruo de mil cabezas llamado H1N1.
Lo bueno es que en mi conciente todas estas cosas no son mas que una percepción imaginaria para explicarme algo que sólo a mi me importa. Por eso puedo decir incoherencias, y creerlas aunque parezca una mitómana... No pretendo encontrar la razón de mi nuevo desorden de conducta, por lo que las explicaciones descabelladas las dejaré para otro momento, en que luego de reflexionar por mucho tiempo, me convenza de que ya no estoy tranquila y necesito asirme al mundo mediante una explicación convincente. Ese es el lado negativo de no creer en Dios.
Bueno, pero como hoy Jueves las cosas han retornado a la normalidad, la hostilidad del mundo virulento ha dado un vuelco, y me ha colocado en una mejor situación. Por eso me siento muy feliz. En estos momentos "End of the world" ya no rifa, por lo que tendré que buscarme alguna canción feliz para que me acompañe en estos días.
Me dí cuenta de mi felicidad el día de ayer, desde la mañana. Me levanté muy contenta y abrí las cortinas para que entrara la luz a mi cuarto. Descubrí que la luz del Sol por la mañana tiene un tono naranja muy lindo, y que cuando amanece la temperatura baja un poco. Al levantarme de la cama para dejar entrar al Sol, sentí un fuerte mareo provocado por la forma abrupta en la que me paré cual muerto que se alza de su lecho. Generalmente ese mareo me descontrola y me disgusta, pero esta vez no fue así. En realidad me pareció muy divertido, y descubrí que ese estado puede compararse con otras formas de alteración de la conciencia. Sentirse así sin ninguna droga encima es bastante sano, por lo que eso fue algo bueno que me llevó a vislumbrar el excelente día que me esperaba.
Tenía tan buen humor que no dudé en ningún momento el ponerme a hacer ejercicio, así que me subí a la bici, y estuve dándole por más de media hora. Luego desayune como de costumbre y salí a alimentar a mis gatitos. Menoccio me rasguño dos veces, porque insiste en que lo cargue y se empeña en treparme como si yo fuera un árbol. No me molestó, y más bien me pareció divertido. Luego vi Amelie, una bella película para un día feliz.
Fui al mercado a comprar mi comida y platiqué con la señora de las verduras sobre su perrito. Me dijo que le puso un sweter. Yo siempre llevo a mis perritos al mercado, y ella de fascina con mis mascotas y me habla de su perrito. Dice que ella misma le cortó el pelo. "Ya lo rasuré" suele decirme. Me gusta tener tiempo para hacer cosas como ver películas, salir al mercado y cocinarme algo rico.
Ah si! ya tengo la canción perfecta para mi buen ánimo.



Ahora sólo me queda esperar a que pueda ver tocar en vivo esta canción a Belle & Sebastian. Ojalá el ánimo me dure así hasta entonces.

1 comentario:

Cromosoma XX dijo...
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