lunes, 25 de mayo de 2009

drum & base (sic.)

Siempre me he considerado alguien medio anormal -no sé si decir "freak", porque no sé ni qué es eso-, porque me cuesta trabajo encontrarle sentido a cosas que todos disfrutan, y que parecen lo mejor o más divertido. Por ejemplo, visitar un parque de diversiones se me hace lo más absurdo que hay. Neta no comprendo cómo puede ser divertido subirse a un aparatejo que te sacude hasta vomitar, o que te transporta a grandes velocidades. El pedo es que creo que podría hacer una lista gigante de cosas que muchos consideran chidas y que a mí no me gustan, como la Navidad, las carreras de autos, el futbol, ir de compras, el perfume, la comida picante, bailar, Dr. House, la Coca-Cola, el tabaco, el iphone, el agua fría cuando hace calor, los banquetes, los vestidos de noche, los zapatos de tacón, los rines de 18 pulgadas, las papas fritas con valentina, los chistes de Polo Polo, etc. etc.
Pero hay una cosa que parece ser unánimemente aceptada, y que a mi no me gusta: las "fiestas" (en cualquiera de sus presentaciones). No se trata de una cuestión moralista o algo así, sino que estar en medio de mucha gente ebria que baila, grita, fuma sin cesar, y parece muy feliz por ello me resulta un tanto absurdo. Creo que mi problema es que no puedo fácilmente insertarme en dinámicas grupales o multitudinarias que impliquen abandonarse y apagar un poco el cerebro, y me la paso viendo cómo los bailes parecen un ritual propiciatorio de los tiempos de la prehistoria pero con elementos modernos, en donde en vez de un tipo con un tambor arcaico hay un dj, que debe ciudar que la música que toca mantenga "prendida" a la gente.
Sin embargo, en la fiesta de Nancy -a la que fui el sábado-, pude por algunos minutos ponerme a bailar y disfrutar "la fiesta". Todo comenzó cuando estaba sentada en el sillón y mi amiga Adri dijo "eso es drum & base" (sic.) y se paró en seguida a bailar. Como yo no sabía qué era el drum & base (no porque nunca lo hubiera escuchado, sino porque quería que me explicaran bien qué era) me paré con ella y le pregunté "¿qué es el drum & base (sic.)?", a lo que me contestó "no mames Karla, cómo me preguntas eso ahorita." Entonces me quedé ahí con ella dizque bailando mientras Omen me explicaba un poco qué era. Según lo entendí, los bits de la música electrónica (o la velocidad en la que el "pum pum" avanza) determinan el ritmo de la rola, y los bits del drum & base (sic.), que tienen como base musical el ritmo del reggae, son los más rápidos que hay, en tal medida que el oído ni siquiera alcanza a percibir el bit, y pareciera ser un solo sonido cuando en realidad se está escuchando el conjunto de bits. Me lo imagino como cuando un ventilador gira sus "hélices" tan rapidamente que los ojos no pueden saber dónde termina una y comienza la otra, y se ven como si fueran una sola.
El caso que seguí bailando (yo digo que bailo peor que gringa bailando charanga), y comprendí que el pedo de la música electrónica es bailarla mientras se espera a que el dj haga un cambio. Depende de la habilidad del dj si "prende" más a la banda o hace que se siente cuando "cambia", y la idea es que la música vaya progresando, es decir, que no baje el ritmo de bits, sino que haya "subidones". Ese pedo de los subidones está chido, porque se supone que uno baila mientras el dj mantiene un solo ritmo que es el preámbulo de una aceleración de bits, por eso todos bailan y esperan, esperan, esperan, y se emocionan porque no llega el cambio, y es un subidón muy largo y se emocionan, y lo esperan, y bailan y gritan y brincan y entonces... llega el cambio. Si el dj es hábil, hace que durante el cambio todos se "prendan" más y empiecen a bailar más duro, a marcar más los movimientos y hasta a brincar. Pero si es malo, pues eso que se esperaba durante el subidón, trae una decepción y todo se "apaga." Creo que lo que sucede es que va aumentando la ansiedad conforme se alarga el subidón, y entonces la energía que se va a soltar cuando termine el subidón se va acumulando y acumulando, hasta que explota cuando el dj lo decide. Por eso deben ser muy habiles, ya que si se equivocan, o el "cambio" lo hacen en un momento en que no ha terminado una serie de bits (que se divide en dieciseisávos, según me explicaron), pues la caga y todo se viene abajo.
Bueno, pues todo iba bien mientras yo bailaba, y me gustó que el dj tocó "The Wall." Creo que en realidad por eso me emocioné (aunque la versión pinkfloydiana es infinitamente mejor) y me puse a bailar y gritar igual que todos mis amigos. El problema es que mi primer acercamiento a ese "goce" de bailar en bola se vino abajo cuando el dj empezó a tocar una cosa amorfa y chafa. Fue ahí cuando todos seguían baile y baile, mientras yo perdí toda la "emoción" del baile y no pude dejar de observar a todos a mi alrededor y comenzar a pensar de nuevo. Las cosas se me volvieron absurdas de repente, porque ver bailar a la gente una cosa sin ritmo, me tiró abajo todo el "teatrito drumandbeisero."
Por eso mi debut como chica fiestera y bailarina fue bastante desafortunado. Prefiero acompañarme de la gente que quiero en un lugar en el que por lo menos pueda escuchar lo que tienen que decirme.
Pero si me gustó tu fiesta eeeh Nancy!!!

lunes, 18 de mayo de 2009

debraye-impresión

Hace poco escuchaba en mi noticiario favorito (of course, después de 31 minutos) el análisis de un especialista (perdón por tal ambigüedad, pero no recuerdo su nombre) sobre las campañas electorales actuales, donde decía que una característica de los spots de los partidos era que le apostaban a la "impresión" que podían dejar en el electorado; es decir, lo importante no era el mensaje en sí, sino lo que la gente podría sentir tras verlo. Entonces lo que guía las campañas es la intención de provocar una sensación no racional que podría llevar a alguien a votar por un partido, no gracias a estar en favor de su proyecto político, sino porque simplemente le da "buena espina".
Tal declaración hasta parece una obviedad, porque ver al Chucho comer pasteles acompañado de una niñita "carismática", al místico haciendo piruetas o a una familia feliz porque el gobierno le paga las medicinas no es realmente una propuesta política que hable del trabajo que los Diputados van a "tratar de hacer para intentar llevar a cabo ciertas cosas". Esto me hizo preguntarme cómo tendrían que ser las campañas si estuvieran dirigidas a hacer verdaderas propuestas, y tras imaginarme a Germán Martínez haciendo una cruz con los dedos para ahuyentar al narco, al Chucho diciendo que él es la verdadera izquierda pero "conciliadora", y a Beatriz Paredes con la sonrisa de oreja a oreja agradeciéndole a Lucerito y a Carmen Salinas su valiosa colaboración, me di cuenta de lo difícil que se me hace tomarme en serio a los políticos. Sin embargo esa idea de la "impresión" me llevó a pensar otras cosas menos escabrosas, y así llegué al tema de la música.
Fue así que tras preguntarme si podría encontrar alguna relación entre la popularidad de la música fea con esta cosa de la impresión, llegué a la conclusión de que canciones de regaetton o charanguita son música sencilla, que resulta reconfortante al estar compuesta por acordes simples que se repiten sin cesar. Por eso ese tipo de canciones dejan una impresión de bienestar y de seguridad, ya que son totalmente predecibles. Los coritos se repiten, la base es una sola para toda la canción y la letra es simplona. Ocurre distinto con la música de cámara o con otro tipo de canciones que no están hechas pa gustarle a todo mundo, como el rock progresivo o incluso la música electrónica (no toda, por supuesto), y no se diga con la música experimental o la improvisación. En ellas no se estimula el cerebro a partir de certezas ritmicas, sino que se requiere un mínimo de atención para encontrarle el gusto.
No quiero decir con todo esto que la música predecible, pegajosa o con un ritmo establecido para toda la rola sea menos que la otra, pero sí dejan una impresión distinta. Finalmente la música es una verdadera experiencia sensorial que se puede gozar realmente sólo si se le presta suficiente atención.
Luego de andar pensando estas cosas, me di cuenta de que llevo ya como medio año oyendo las mismas rolas de mi ipod. Entonces debo cambiar un poco de aires y ponerme a bajar nueva música, porque la que tengo lleva ya como 199 reproducciones.

sábado, 16 de mayo de 2009

Lluvia-influenza

Creía que el clima que más odiaba era el frío, pero ahora he cambiado de opinión y aborrezco la pinche lluvia. Sé que el agua es vida, y que no hay peor cosa que una sequía, pero en mi ritmo de vida totalmente citadino la lluvia viene a darle en la madre a mis ganas de salir. Además ya estoy convencida de que no hay peor olor que el de un vagón de metro atascado de personas sudadas y mojadas, además de esa sensación de calorcito humedo que desata el peor de los hedores.
Generalmente no me molesta el transporte público, pero la neta meterse al metro si es una hazaña digna de admiración, sobre todo un viernes a las 7 de la noche. Afortunadamente no requiero del metro, y más bien suelo usar el RTP y las Combis, y aunque también es un poco cansado, la neta no es tan malo como andar en metro viendo las caras de la gente como si estuvieran sendo torturadas...
Ayer estaba en Bellas Artes como a las 5 y media, y al parecer alguien se aventó o algo porque estuve esperando el metro como media hora. La gente ya estaba desesperada, hasta que desde el altavoz anunciaron que debido a "un problema" el metro iba a estar lento. Ante tal obviedad lo único que quedaba era seguir esperando, o salir a dar un paseo al centro. Opté por la segunda opción y no estuvo nada mal, porque afortunadamente no estaba lloviendo.
Lo malo del metro no es el transporte en sí, que generalmente es bastante eficiente, sino la cantidad de personas que vivimos en esta ciudad de locos. Por eso yo digo que lo de la influenza no está tan mal: si yo soy del sector de la población que se muere, pues contribuiré a que los sobrevivientes tengan una mejor calidad de vida. Si sobrevivivo, pues me irá mejor y honraré a quienes dieron su vida para que sólo los individuos con la carga genética mas apta para la vida, estén un poco mejor en esta ciudad de mierda.

jueves, 14 de mayo de 2009

Un sueñito

Cuando era niña, como a los 7 años pedí en mi cartita de reyes magos una bici ROSA. Yo creí que era muy clara la petición, pero al parecer los reyes fueron de compras muy tarde y ya no la encontraron, o quizá eso del color no les pareció importante. Al bajar esa noche y ver mi bici verde, debo aceptar que sentí cierta desilusión.
Ahora que ya estoy grandecita el color rosa se me hace lo más ñoño que hay, y jamás me vestiría de rosa. Me sentiría como cuando Homero va al trabajo con camisa rosa, y sabe que todos lo miraban por "insane". Pues igual yo, rechazo ese colorcito por ser el que se pretende asignar a "lo femenino", cuando la verdad es que es un color chillante y bastante "cursi". Sin embargo las ganas de tener una bici rosa al parecer no se me han quitado, porque ayer tuve un sueño en el que yo era niña y salía a jugar con mis amiguitos. Fue un sueño muy cagado, porque era una niña pero con mi tamaño de 23 años, y tenía una bici rosa nueva, que me quedaba chiquitita.
Yo me la paso recordando mi niñez, y me encanta hablar de anécdotas que siempre comienzan con la frase "cuando yo era niña...", y entonces me suelto, y empiezo a hablar de que jugaba a las muñecas, y me acuerdo de mis Nenucos y de mi muñeca "cherry corazón". Seguramente parezco una loca, pero yo digo que hay una parte dentro de mi que no ha crecido, y disfruta viendo caricaturas y haciendo jueguitos estúpidos. Creo que lo que me pasó fue que nunca me empeñé en hacerme "la grande" o renegar de las cosas de niños, y hacía cosas como jugar a las muñecas cuando iba en primero de secundaria. Yo creo que por eso las niñas de mi escuela no me querían, porque mientras ellas estaban ya ansiosas por pintarse las uñas, tener noviecito y fumar, yo estaba más bien pensando en los power rangers.
Como que nunca tuve prisa alguna por crecer. Incluso hace poco andaba por la Facultad de Economía y me metí al baño de la Biblioteca, y al salir a lavarme las manos, me vi en el espejo, y me sorprendí mucho al ver mi rostro de "grande", como si no me hubiera visto en el espejo durante diez años y me sintiera como que no era yo. Eso acaba de pasar hace sólo unos meses, pero como sigo sin intención alguna de entrar en el modelito de lo que corresponde a mi edad, porque eso es aún más bobo, pienso seguir tan "infantil" como de costumbre y botarme de la risa viendo Bob Esponja.

Bueno, pero volviendo al sueño de anoche, sólo diré que la última escena fue la de un abrazo fraternal, como final de película cursi o de telenovela mexicana. Cuando desperté me di cuenta de que me estaba abrazando a mi misma. Eso es quererse chinga!

jueves, 7 de mayo de 2009

Estoy bien hoy

En los últimos días mi estado de ánimo no ha sido muy bueno. Se trata de una de esas cosas que no tienen explicación, aunque si tratara de encontrar una seguramente la hallaría, y como suelo disfrutar imaginando cosas irreverentes que finalmente sólo a mi me importan, pues me explico mi reciente falta de alegría como una reacción al ambiente virulento de la última semana. Creo que mi subconciente puede estar desarrollando una ligera hipocondria, pero tanto mi ejército inmunológico (ultimamente sobrecargado con vitamina c) como mi corteza cerebral luchan por aniquilar la paranoia. Así, la tristeza de los últimos días puede explicarse como la lucha de mi yo y mi superyo en un ambiente hostil, en el que reina la incertidumbre por el monstruo de mil cabezas llamado H1N1.
Lo bueno es que en mi conciente todas estas cosas no son mas que una percepción imaginaria para explicarme algo que sólo a mi me importa. Por eso puedo decir incoherencias, y creerlas aunque parezca una mitómana... No pretendo encontrar la razón de mi nuevo desorden de conducta, por lo que las explicaciones descabelladas las dejaré para otro momento, en que luego de reflexionar por mucho tiempo, me convenza de que ya no estoy tranquila y necesito asirme al mundo mediante una explicación convincente. Ese es el lado negativo de no creer en Dios.
Bueno, pero como hoy Jueves las cosas han retornado a la normalidad, la hostilidad del mundo virulento ha dado un vuelco, y me ha colocado en una mejor situación. Por eso me siento muy feliz. En estos momentos "End of the world" ya no rifa, por lo que tendré que buscarme alguna canción feliz para que me acompañe en estos días.
Me dí cuenta de mi felicidad el día de ayer, desde la mañana. Me levanté muy contenta y abrí las cortinas para que entrara la luz a mi cuarto. Descubrí que la luz del Sol por la mañana tiene un tono naranja muy lindo, y que cuando amanece la temperatura baja un poco. Al levantarme de la cama para dejar entrar al Sol, sentí un fuerte mareo provocado por la forma abrupta en la que me paré cual muerto que se alza de su lecho. Generalmente ese mareo me descontrola y me disgusta, pero esta vez no fue así. En realidad me pareció muy divertido, y descubrí que ese estado puede compararse con otras formas de alteración de la conciencia. Sentirse así sin ninguna droga encima es bastante sano, por lo que eso fue algo bueno que me llevó a vislumbrar el excelente día que me esperaba.
Tenía tan buen humor que no dudé en ningún momento el ponerme a hacer ejercicio, así que me subí a la bici, y estuve dándole por más de media hora. Luego desayune como de costumbre y salí a alimentar a mis gatitos. Menoccio me rasguño dos veces, porque insiste en que lo cargue y se empeña en treparme como si yo fuera un árbol. No me molestó, y más bien me pareció divertido. Luego vi Amelie, una bella película para un día feliz.
Fui al mercado a comprar mi comida y platiqué con la señora de las verduras sobre su perrito. Me dijo que le puso un sweter. Yo siempre llevo a mis perritos al mercado, y ella de fascina con mis mascotas y me habla de su perrito. Dice que ella misma le cortó el pelo. "Ya lo rasuré" suele decirme. Me gusta tener tiempo para hacer cosas como ver películas, salir al mercado y cocinarme algo rico.
Ah si! ya tengo la canción perfecta para mi buen ánimo.



Ahora sólo me queda esperar a que pueda ver tocar en vivo esta canción a Belle & Sebastian. Ojalá el ánimo me dure así hasta entonces.

domingo, 3 de mayo de 2009

Remember Abril

Recordando este mes sólo puedo decir pocas cosas. Lo mejor fue la farra con mis amiguis Adri y Nancy, ah! como las adoro!!! Pasamos la noche bebiendo vino y platicando, conocí la nueva casa de Adri que está genial. Lo que más me gustó fue el mural que está en la entrada sobre el terremoto del 85. Me hizo recordar que nací unos días antes de esa catástrofe, y me agrada pensar que el mundo me recibió así, como diciéndome "Hey tu, ni creas que esta vida es rosa y reconfortante!"
Mis gatitos están muy creciditos, y me da gusto salir de mi casa y que inmediatamente se acerquen para frotarse en mis pies.
Por fin comencé a escribir la tal tesis y parece ser que no voy tan mal. Empezar es algo.
Finalmente se me acabó Abril, mes que habría pasado casi desapercibido de no ser por la "histórica e inédita influenza humano-porcina-euroasiática-mexicana." Todo esto comenzó abruptamente, pero poco a poco comenzó a estar en boca de todos. En los medios es de lo único que hablan, hay programas en todas las cadenas televisivas y radiofónicas que pretenden resolver todas las dudas acerca de la enfermedad. En un día ya habían salido dos canciones, se empezaron a distribuir e-mails sobre "la verdad de la influenza", y You Tube ya está atascado de videos. Alli hay todo tipo de teorías, desde la que dice que la medicina fue creada por el ex ministro de seguridad de Estados Unidos desde antes de que surgiera la enfermedad, usando como base el anís que no sirve más que para cubrir los síntomas; hasta otras muy elaboradas sobre la situación geopolítica y la invención de la influenza para crear un estado generalizado de pánico que llevará a la reactivación dela economía mundial. Incluso hay quienes ven en el uso del tapabocas una especie de símbolo impuesto por el poder, que expresa el silencio al que nos han confinado.
Para mi toda esta situación ha creado un ambiente de confusión sin igual, porque hay mucha gente que -afortunadamente- no se conforma con lo que recibe a través de los medios de comunicación masiva y está usando la web para decir cosas. Sin embargo creo que generalmente se afirman cosas realmente inverosímiles, pero finalmente en este mundo de la incertidumbre resulta que la teoría más descabellada puede ser verdad, y que dudar es la marca de nuestra caótica vida...
Bueno, pues yo más bien me siento muy confundida, y debo decir, pese a que mucha gente se ha rebelado en contra de la versión oficial (muchas veces como un distintivo para parecer más perspicaz e inteligente), creo que se han tomado buenas decisiones por parte del Estado, por lo menos para evitar que las cosas se agravaran, porque eso sí, con un Estado tan débil como el que tenemos y con un país con tantas desigualdades sociales, una epidemia vendría a poner en jaque la legitimidad de un gobierno que no podría soportar tal desmadre. Aún así, me he rehusado a usar el tapabocas como si fuera la salvación de mi existencia. La verdad es que me parece bastante deplorable salir a las calles y ver a la gente medio paranoica, haciendo interminables filas para comprar ocho botellas de alcohol dizque para desinfectar sus casas...
Pero las cosas van recobrando su ritmo normal, y la verdad es que las calles, aunque están menos llenas que lo normal, siguen siendo divertidas. Hoy salí a correr y vi con gusto que la bandita sport sigue corriendo cada mañana, como siempre, y ayer en la noche, como a las 11:00 vi una fiesta callejera, de esas en las que cierran las calles para celebrar unos 15 años.
Finalmente me queda decir que otra cosa buena fue ver con mucha atención el video de The Cure "End of the world"; fue una experiencia vertiginosa, impactante y alucinante. La verdad es que no suelo ser "fan" (jaja, que palabra tan chistosa) de las "grandes bandas", no podría explicar muy bien porqué. Incluso con la fiebre Radioheadiana del mes pasado me sentía como el patito feo. Creo que todo mundo fue al concierto, pero yo digo que lo que pasó con Radiohead es muy similar a la fiebre de Pumas Bicampeón, cuando empezaron a salir un montón de bichos de sus cloacas que decían que le iban a los Pumas. jajaja! Sé de muchos que fueron al concierto a oír "Creep." Lo bueno que si la tocaron, porque no les iban a regresar el precio del boleto.
Pero volviendo a "End of the World", ah! que gran video. Esa distorsión del tiempo, que se percibe en cada movimiento pequeño, y en todo el caos que hay alrededor, es simplemente genial. La depresión que lo acompaña me hace recordar aquella frase en la que Homero Simpson, les dice a los Smashing Pumpkins algo así como "gracias por hacer que mis hijos dejen de pensar en un futuro que yo no puedo darles." Y es verdad, en medio de una ambiente en que la constante es la falta de esperanza y sobre todo la incredulidad, creo que la canción perfecta es precisamente "End of the world"